miércoles, 18 de abril de 2012

Ya me dieron ganas de fumar...

Si un día tengo mucho dinero, o me hago parte de la mafia, voy a querer fumar alguno de estos



San Andrés Tuxtla es un pueblito que se encuentra al sur  del caluroso estado de Veracruz de Ignacio de La Llave (está antes de Catemaco, sí donde según hay brujos) . Hay poca gente, todos conducen sus autos tranquilamente, y la vida pasa sin ninguna otra novedad… al menos eso me parecía a mí, un lugar con poco que hacer, el intermedio entre el puerto y el Salto de Eyipantla.


Debido a las condiciones climáticas de San Andrés, sus tierras son usadas para el cutlivo de plantas de tabaco. ¡Sí! Tabaco, pero aquí no está Malboro, ni Benson & Hedges, aquí se encuentra una importante (los señores especializados en tabaco lo dicen) tabacalera llamada "Te amo" dedicada a la manufactura de puros. 

¿Puros? Sí, esos que parece que sólo fuman los protagonistas poderosos de las películas.




El proceso de fabricación de un puro, comienza con el plantío de tabaco, tiene semillas muy pequeñas (como las de mostaza) donde la planta crece lo suficiente en 4 meses, después de eso las hojas son arrancadas y puestas en casitas de madera y con techo de palma, en las cuales se deshidratan a fuego lento—literal—hasta que toman ese color marrón y son llevadas en pacas a los almacenes de la empresa.

Como podrán ver, en la paca vienen unos dígitos que indican el año en que fueron almacenadas las hojas. Entre más tiempo haya pasado el tabaco almacenado—bajo condiciones especiales que no me fueron reveladas—adquiere un mejor aroma y sabor más dulce.

Algunas pacas están ahí desde el 2002, y el almacén siempre está lleno, ya que la cosecha de tabaco es de 2 veces al año, y se utilizan aproximadamente 500 hectáreas de cultivo.

El siguiente paso es la selección de hojas para realizar el puro. Las hojas deben ser de buen tamaño, deben estar completas y además estar libres del tallo, trabajo que realizan en su mayoría mujeres de la región a las que se les paga por cantidad de kg seleccionada.

Esta parte de la empresa está a temperatura ambiente.


Una vez clasificadas las hojas, estás se dividen en
-hojas para puro
-hojas para triturar (de las que hacen los cigarros)
El procedimiento para elaborar puros es completamente artesanal, incluso las personas involucradas en la manufactura son capacitadas durante 6 meses y posteriormente evaluadas, para asegurar la calidad de cada puro. Así de complicado está hacer un puro.
Con las hojas adecuadas para cada tipo de puro, cada artesano realiza algo así como un taco, apilando hoja por hoja, y enrollando a cierta presión, y sí, usan Resistol especial para adherir al final.

Al taco de hojas de tabaco le sigue una prensa para puros, para que quede más comprimido y  así adquieran su acabado final como “Puro genérico”, libre de etiquetas, marcas, etc.



(Algunos puros no tienen punta, pero estos sí…por eso parecen esfuminos)


(Puros chatos)
Teniendo el puro casi terminado, éste debe someterse a un control de calidad, donde por cada lote de 100 piezas, se eligen 15 para ser sometidos a pruebas.


Las causas por las que puede ser rechazado el producto son principalmente por lo comprimido que está el puro, es decir, nadie quiere/puede  inhalar taaan fuerte.
La primera prueba es al tacto,  y la realiza un señor experto en compresión de puros #escriboenserio, le sigue una prueba que es la que simula la inhalación y exhalación humana.
Con los puros terminados, y evaluados, es tiempo de  etiquetar y empacar, labor que también se hace de forma manual para que siga considerándose un producto artesanal.



Las presentaciones son muchísimas, ya que hay puros delgados, gruesos, muy gruesos, y de diferentes hojas, ya que hay 4 tipos de tabaco, ediciones especiales, ediciones individuales, línea económica, línea Premium…hasta ganas de fumar me dieron J







Y finalmente la venta de puros en una tienda anexa a la empresa donde venden desde una pieza, hasta cajas completas de vicio…y recuerden, fumar puede ser nocivo para la salud.






Por cierto, gracias a las ventas de puros y cigarros (que son hechos con las sobras de tabaco) pueden mantener la casa del señor Turrent, que está a un ladito de la Laguna de Catemaco


Ahora sólo tengo que esperar convertirme en millonaria y aprender a fumar para degustar esta obra de arte.






*Agradezco las facilidades otorgadas al señor que da las visitas guiadas por la fábrica, aunque ya no me acuerdo de su nombre.*